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Las empresas que manejan mucha información de sus usuarios siempre han estado preocupadas por la seguridad de estos datos, pero con el paso del tiempo y los avances tecnológicos, que se dan a la par que los avances que se hacen en el campo de la delincuencia, hacen que sea necesario extremar las precauciones. Por esta razón, se ha establecido una nueva normativa a nivel europeo que exige y obliga a las aseguradoras a tomar nuevas medidas para proteger los datos de sus usuarios.

El Reglamento General de Protección de Datos

Este nuevo Reglamento para la Protección de Datos, que ya ha sido recogido en la legislación española, entra en vigor el próximo 25 de mayo de 2018, fecha límite que tendrán las aseguradoras para implementar los cambios y medidas necesarias.

En él se establece que asociaciones empresariales y organismos representativos de las mismas pueden elaborar un código de conducta para el tratamiento y la gestión de los datos de carácter sensible que manejen sobre sus usuarios. A raíz de esto, la entidad UNESPA ha creado un grupo de trabajo de protección de datos para elaborar el mismo.

El código de conducta diseñado, ya presentado a la Agencia Española de Protección de Datos, especifica la aplicación del reglamento en temas como el tratamiento legal y transparente de los datos, las gestiones de consentimiento, la confidencialidad, el ejercicio de los derechos de los clientes, la forma en la que se recogen los datos, etc. En general, todos los temas que son relevantes sobre el tratamiento y gestión de los datos han sido revisados en este código de conducta para realizar las propuestas adecuadas.

Paralelamente y en el ámbito europeo algunos representantes de las autoridades del país están inmersos en el desarrollo de las directrices que permitan una aplicación más sencilla del Reglamento General de Protección de Datos.

Todo cambia para que nada cambie

Con todos estos esfuerzos queda patente que el sector asegurador pretende seguir siendo un referente en lo que respecta al tratamiento y la gestión de datos de carácter personal que maneja, todo ello sin suponer un atraso sobre las relaciones inmediatas y más fáciles que la tecnología permite establecer entre compañías y clientes.

En resumidas cuentas, las compañías aseguradoras van a seguir beneficiándose de lo que la tecnología pone a su disposición, herramientas de las que también el usuario obtiene ventajas: consultas inmediatas, contrataciones, modificaciones y bajas más rápidas, etc.

Lo que va a cambiar es la manera en la que se van a gestionar estos datos, tanto a nivel técnico (dónde y cómo se guardan) como a nivel de la forma en la que el usuario puede conocer y gestionar los datos suyos que son almacenados.

Todo esto se resume en una mayor tranquilidad para el usuario al saber que los datos proporcionados se tratarán con la máxima confidencialidad y seguridad lo que al final beneficia a todas las partes.