¿Cómo nacieron los seguros? Un vistazo a su historia
Si uno se para a pensarlo un poco, los seguros parecen un producto reciente y sofisticado, propio de los tiempos modernos, pero lo cierto es que tienen historia. Mucha. Remontarse a ella es una forma de comprender la inquietud que siempre ha tenido el ser humano ante la incertidumbre que caracteriza al futuro. Te contamos cómo nacieron los seguros.
Desde Babilonia hasta Roma
Los seguros ya existían en Babilonia. Quedan constancia de ellos en el Código de Hummurabi, un código legal de Babilonia —antigua Mesopotamia—, en el lugar en el que ahora se encuentra Irak y que tiene casi los 4.000 años de antigüedad.
Este código tiene 282 cláusulas dedicadas exclusivamente al ‘préstamo a la gruesa ventura’ que era una especie de seguro marítimo ligado a un préstamo. Funcionaba de la siguiente manera: el mercader recibía un dinero para financiar su viaje en barco, pero si este naufragaba no estaba obligado a devolver el préstamo. Si, por el contrario, llegaba a puerto, sí que tendría que pagar el capital y los intereses.
Alrededor de la misma época, pero en otra parte distinta del mundo, los mercaderes chinos reducían los riesgos intercambiando bienes con otros barcos de manera que si alguno de ellos se hundía todos perdían un poco. Es decir, el mal era compartido.
Algunos cuantos milenios más tarde, alrededor del año 500 a.C, los romanos estructuraron los seguros ya como contratos financieros a modo de seguros marinos activos. Génova y Venecia continuaron esta práctica más tarde desarrollando maneras más sofisticadas de asegurar los barcos.
La creación de las grandes compañías aseguradoras
Ya bien entrada nuestra era, en el año 1687, una cafetería llamada café Lloyd’s abrió en Tower Street, cerca de los muelles de Londres y se volvió muy popular. Allí los clientes chismeaban mucho sobre los barcos, cuál navegaba, dónde, y si llegaba o no a su destino. También apostaban. Este lugar finalmente se convirtió en un centro de referencia para quien quería asegurar un barco. Ocho décadas después un grupo de aseguradores pasaron a formar la Sociedad de Lloyd’s, uno de los nombres más famosos en la industria de los seguros.
Otros seguros no se desarrollaron en torno a los puertos y al mar sino a las montañas como fue el caso de los campesinos de los Alpes, quienes organizaron sociedades de ayuda mutua a principios del siglo XVI para protegerse entre ellos si un niño o una vaca se enfermaban.
A diferencia de lo que sucedía con los aseguradores de Lloyd’s, quienes consideraban que el riesgo era algo que se analizaba previamente y comercializaba, para estos campesinos el riesgo era algo que se compartía y soportaba entre todos.
Las sociedades de ayuda mutua de riesgo compartido son el germen de lo que hoy llamamos «gobiernos»
Pudiera parecer que esta forma de entender los seguros fuera un inconveniente, sin embargo, cuando estos campesinos bajaron de las montañas para llegar a Múnich y a Zúrich lograron establecer algunas de las aseguradoras más grandes del mundo. Estas sociedades de ayuda mutua y riesgo compartido son lo que hoy llamamos «gobierno». Estos mismos gobiernos también manejan determinados tipos de seguros para conseguir capital y lograr distintos objetivos.
Como es posible apreciar, la red que el seguro ha estado tejiendo y teje a lo largo y ancho del mundo es más importante y compleja de lo que parece a simple vista. Conocer un poco de su historia nos permite entenderlo desde una óptima más simple.