salud mental

Hace unos años, el concepto de salud mental no tenía tanta importancia como lo tiene ahora, sobre todo porque las afecciones de este tipo se llevaban en silencio. Por miedo, por vergüenza o por sentimiento de culpa eran ocultadas. Ahora que son más visibles y que afectan a más personas, la sociedad en su conjunto ha tomado consciencia de la importancia de la salud mental y quiere aprender a mantenerla. En este artículo te hablamos de los motivos que hacen que la recuperación de un problema mental no pueda llevarse a cabo.

El orgullo, el miedo y la negación

Sé realista y acepta cuando debes pedir ayuda. Acudir al psicólogo o al psiquiatra puede ser lo mismo que acudir a un dermatólogo o cualquier otro especialista. Simplemente tenemos una afección y necesitamos tratarla y curarla. O en el caso de que sea imposible eliminarla, controlarla y aprender a vivir con ella.

Esto es muy importante porque los problemas de salud mental no tienden a mejorar con el tiempo por sí solos. Muy rara es la vez que esto ocurre. Por el contrario, se perpetúan y sus síntomas se vuelven más graves.

Así pues, se puede decir que la negación es uno de los grandes enemigos de la salud mental. También la desconfianza hacia el especialista y el miedo.

Adaptarse a la situación de malestar e incluirla como parte de la vida cotidiana

Por poner un ejemplo, puede que hayas sufrido una pérdida, pero si te encuentras mal pasado el tiempo razonable de duelo, entonces ya no se trata de algo pasajero. Mucha gente se acostumbra tanto al sufrimiento que creen que es parte normal de sus vidas, pero esto no es correcto. El mismo resultado se puede obtener cuando simplemente no le damos importancia, aunque seamos conscientes de que algo no va bien.

Automedicarse

Muchas personas comienzan a tener síntomas que sugieren que algo no está yendo como debería. Por ejemplo, el insomnio es uno de ellos. Entonces piensan en el insomnio como algo que está ahí porque algún motivo irrelevante y acuden a su médico para que les recete algún tratamiento con el que puedan lograr el sueño.

La realidad es que el insomnio es un síntoma de otra cosa: puede que no estés cansándote lo suficiente, que tengas alguna enfermedad de tipo orgánico (es raro, pero puede pasar) o, lo más probable, que estés estresado o deprimido. Si te ocurre esto último y no lo atiendes, el problema tenderá a hacerse crónico. Y lo que, quizás, al principio pudiera solucionarse tan solo siendo consciente de lo que te preocupaba y tomando alguna acción al respecto, podrá terminarse convirtiendo en un problema de gravedad.

Quedarse de brazos cruzados

A veces, las personas que estamos alrededor de quienes tienen esos problemas de salud mental, no actuamos y somos, en parte, responsables de que la situación de la misma se perpetúe. Debemos ser honestos y decirle a esa persona que nos importa que podría estar necesitando ayuda y tender una mano amiga para hacerlo.

Muchos seguros de salud incluyen pólizas para tratar la salud mental. Infórmate del tuyo y contrata el que más se ajuste a tus necesidades.