equilibrio trabajo y maternidad

Muchas mujeres se sienten inseguras ante la idea de tener hijos porque no creen que puedan encontrar el equilibrio entre el trabajo y la maternidad. ¿Ser madre implica dejar de tener metas u objetivos? En absoluto. Hay algunas herramientas y consejos que nos pueden ayudar a conciliar estos dos aspectos de nuestra vida.

Cada cosa a su tiempo

Para poder encontrar el equilibrio entre el trabajo y la maternidad vas a tener que hacer uso de la autodisciplina. La clave está en dejar horas suficientes para cada cosa.

En tu día tiene que haber tiempo para pasar con tus hijos y hacer las tareas propias de la maternidad, tiempo para trabajar y ser productivo y tiempo para ti misma. Suena difícil, pero no lo es tanto.

Al día puedes decidir dedicarte una o dos horas en las que practiques ejercicio, leas, te cuides o hagas algo que te gusta. Luego tienes tu jornada laboral, que deberás cumplir sin más preocupaciones que ser eficiente. No vale que te lleves los problemas de casa al trabajo o al revés. Este es también un buen ejercicio de autocontrol y de concentración.

Comparte las responsabilidades

Una de las cosas más difíciles de ser mamá es la larga lista de tareas con las que tenemos que lidiar día a día. Aquí es donde encontramos la mayor dificultad para conciliar trabajo y maternidad. Quienes deben llevarse un poco de trabajo a casa necesitan algo de tiempo extra. ¿Cómo conseguirlo? Hay varias opciones.

Si puedes permitírtelo, sería interesante contratar a una empresa de limpieza para que las veces que lo necesites, se encargue de la casa. También puedes coger un día de la semana para cocinar las comidas principales y guardarlas en el congelador.

Puedes ampliar también las horas que tu pequeño pasa en la guardería en momentos puntuales o de forma temporal. La cuestión está en simplificar mucho las cosas, organizarse y tener recursos de apoyo para lograr este tiempo extra que necesitamos.

Respira

Hay días en que las responsabilidades se te echarán encima y no podrás evitarlo. Días en los que de pronto te das cuenta que hay más que hacer de lo que imaginabas o que las cosas no salen como esperabas. Esto les pasa a las mamás y a las que no lo son.

El truco está en respirar y saber que hay opciones para todo. Cuando notes los beneficios de respirar profundamente, abre los ojos y piensa en soluciones. ¿Cómo puedes arreglar la situación? Cambia planes en la agenda, si puedes hacerlo, o acepta lo inevitable con la mejor de las actitudes. ¡Mañana será un día mejor! No pasa nada.

Si sientes que el estrés es uno de tus puntos débiles, en ese tiempo que te dediques a ti cada día, elige hacer alguna práctica como el yoga, la meditación o cualquier actividad relajante a la que puedas sacarle provecho.