gastos fallecimiento sin seguro de decesos

Lo cierto es que lo de los fallecimientos es un tema espinoso del que a nadie le gusta hablar pero que, sin embargo, requiere una conversación. ¿Alguna vez has pensado quién correría con los gastos de tu fallecimiento si no tienes un seguro de decesos? ¿O quién tendría que hacerse cargo del fallecimiento de algún familiar que tampoco lo tenga? No es un asunto agradable a tratar pero si sigues leyendo comprenderás que es un tema que merece la pena abordar cuanto antes.

Un fallecimiento conlleva una serie de trámites y de costes bastante desagradables. Los trámites nos obligan a estar concentrados y moviéndonos de un lado a otro cuando lo más probable es que no nos apetezca ni tengamos ánimos para enfrentarnos a nada de esto.

Por otra parte, los costes también son lo suficientemente importantes como para tenerlos en cuenta de forma que si un familiar tuyo del que tú eres heredero, como puede ser tu padre o tu madre, así como algún hermano que no tenga familia o alguno de tus hijos menores de edad fallece, tú tendrías que hacerte cargo tanto de los trámites como de los gastos lo cual, según la situación económica en la que te encuentres, puede llegar a ser desastroso.

Situaciones especiales de un fallecido sin seguro de decesos

A todas estas, hay una serie de situaciones especiales que conviene tener en cuenta, por ejemplo, ¿qué pasa cuando un fallecido no tiene herederos ni familiares que puedan hacerse cargo de su entierro? En este caso sería el ayuntamiento quien se haría cargo y trataría de cobrar los costes del entierro quedándose con las propiedades que éste pudiera tener.

Antes de asumir la totalidad de los gastos, se trata de localizar a los parientes cercanos que pueda tener pero si este proceso es demasiado costoso, es al final el ayuntamiento quien se hace cargo sin más.

¿Hay alguna forma de ahorrarse los gastos del entierro?

Es posible ahorrarse los costes del entierro si el cuerpo del fallecido se dona a la ciencia pero esto tiene una cuestión particular que es importante tener en cuenta. Solo la persona en cuestión puede solicitar esto, es decir, si yo deseo ahorrar a mis herederos el coste del fallecimiento y/o quiero contribuir a la ciencia para que puedan estudiar nuevas formas de ayudar a otras personas o donar mis órganos, soy yo quien tiene que hacer esa solicitud.

Ningún familiar o heredero podría solicitar donar el cuerpo de su pariente por él mismo y, además, no todos los cuerpos podrían ser donados, otra cuestión que conviene conversar calmadamente con las personas que forman parte de nuestro entorno directo. Es un tema espinoso pero que conviene tener zanjado cuanto antes y ya no solo por el tema económico, sino también por las cuestiones relacionadas con la ideología de cada persona y de sus preferencias sobre este asunto.