fraudes al seguro

Hay en España muchos casos de fraude al seguro que se hicieron populares, algunos por macabros o retorcidos y otros simplemente por su reiteración en el tiempo o por la cantidad de falsos culpables que sentenciaron. Te contamos algunos de ellos.

Red de falsos atropellos

Línea Directa destapó una red de delincuentes que se había especializado en simular atropellos a raíz de uno de estos siniestros que había sucedido en una localidad de Sevilla. Después de este, ocurrió otro similar en la misma provincia.

A la hora de cotejar los datos, la compañía se dio cuenta de que los asegurados implicados habían facilitado el mismo teléfono de contacto. A partir de aquí comenzó una investigación que descubrió que los asegurados se habían visto implicados en 30 accidentes distintos de tráfico y que alguno de los miembros había estado involucrado en un total de 19 siniestros tanto en la parte del conductor como en la del atropellado. Una casualidad poco creíble.

Compra un coche siniestrado y simula un accidente

Este es uno de los casos más extraños de fraudes a la aseguradora que han sido descubiertos, en este caso, por la compañía Pelayo. Un hombre compró un coche que después de haber tenido un accidente había quedado declarado como siniestro total. Pagó por él 2.400 euros pero falsificó una factura alegando que había pagado 21.000 euros.

El comprador fingió un accidente que según él se produjo cuando iba a visitar a una amante que vivía en un pueblo cercano. El gravísimo siniestro que había dejado al coche en semejante estado ‘milagrosamente’ solo le repercutió un rasguño en la mano.

El servicio de peritaje se dio cuenta de que había muchas cosas que no cuadraban como el hecho de que la zona en la que quedó el coche fuera de muy difícil acceso, que el conductor saliera totalmente ileso y que los pretensores del cinturón de seguridad no hubiesen saltado, entre otros.

Lo que verdaderamente pasó y quedó demostrado tras la investigación es que el conductor compró el coche siniestrado y lo llevó a una carretera secundaria con curvas para empujarlo y fingir el accidente por el que pretendía cobrar una indemnización.

Finge que le han robado una parte importante de su equipo de sonido

La aseguradora Fiatc detectó a tiempo un intento de fraude a través del cual el propietario de una discoteca pretendía cobrar una suculenta indemnización fingiendo que le habían robado una parte muy importante del equipo de sonido de su establecimiento. Pese a que el asegurado había puesto una denuncia, la compañía pudo comprobar que las medidas de seguridad del local eran escasas además de que no existían facturas de los bienes que se declaraban robados.

Abogado busca lesionados

Línea Directa destapó otro caso cuanto menos curioso. La compañía analizó distintos expedientes en el que el reclamante era un abogado de Murcia. Lo que terminó descubriendo tras su investigación es que el abogado en cuestión se dedicaba a captar a lesionados para hacerse pasar por víctimas y luego las representaba en los pleitos. Un ejemplo un poco macabro de autoempleo.

Una rinoplastia por unas hemorroides

Imaginamos que los responsables de Generali Seguros quedaron enormemente sorprendidos cuando descubrieron un fraude que llevaba cometiéndose durante años y de una forma muy extraña. Lo peor es que los implicados eran profesionales cirujanos de los que se espera una conducta ética y moral impecable, al menos en lo relacionado a su profesión.

Tras analizar algunos datos que resultaban bastante curiosos sobre reembolsos de gastos médicos relacionados con operaciones de hemorroides y fisuras anales, que curiosamente afectaban al mismo perfil de asegurado (mujeres jóvenes y de posición socioeconómica similar) y que provenían del mismo centro médico, la compañía decidió hacer una pequeña investigación.

Unos detectives acudieron al centro solicitando información para realizarse una rinoplastia y preguntando qué parte de la intervención podía sufragar el seguro que tenían contratado. La sorpresa llegó cuando los cirujanos ofrecieron a los detectives que iban de paisanos modificar la documentación entregada a la aseguradora alegando que se trataría de una cirugía general, algo que sí cubría el seguro para que la intervención le saliese ‘gratis’. El doctor que inducía a cometer este fraude fue condenado a pagar 35.000 euros a la aseguradora.

Un fraude motorizado

Un empresario de Toledo fue denunciado por un intento de fraude con el que pretendía ganarse un sobresueldo denunciando que le habían robado en su nave industrial un cargamento de motores y cremalleras mecánicas que había comprado. La compañía aseguradora RGA le pagó una indemnización de más de 40.000 euros pero sospechando que se trataba de un intento de fraude inició una investigación que terminó poniendo en evidencia que los motores nunca fueron robados y que el propietario los estaba vendiendo a un precio de 350 euros cada uno.

Muchas pólizas y poca mano

Otro caso de fraude a la aseguradora bastante sonado es el que tuvo como protagonista a un hombre que contrató nada menos que 8 pólizas de seguro, todas con distintas compañías y que luego falseó un accidente para poder cobrar indemnizaciones de todas ellas.

Lo peor de todo es que el defraudador para cometer este delito se cortó la mano derecha. Después de hacer esto se realizó un torniquete, se subió en su coche para ir hacia una carretera de Castellón llamada Camino Viejo de Nules a Moncofar y lo dejó caer por un terraplén. Colocó la mano que se había cortado a los pies del asiento del conductor e incendió el coche para luego llamar al 112.

3 de las compañías que tenía contratadas (Santa Lucía, Axa y Liberty) respondieron por el seguro ingresándole entre las tres un total de 335.000 euros aproximadamente que ahora está obligado a devolver.

El timo de la rotonda

Otro fraude al seguro que ha sido muy popular y que, además, es bastante reciente, es el del timo de la rotonda, una estafa que consistía en provocar accidentes de circulación en una rotonda de Vigo.

Los defraudadores circulaban por el carril exterior de la rotonda en cuestión y cuando veían que un conductor que se encontraba en la parte interior de la misma ponía el indicador para salir, aceleraban provocando un accidente en el que al final la responsable siempre era la víctima aunque no lo sabía.

Aunque estos han sido los casos de fraudes al seguro más sonados de España lamentablemente no son los únicos y tampoco serán los últimos así que te animamos a que estés muy atento (tanto en la carretera como en la vida diaria) y contribuyas, en la medida que sea posible, a frenar este tipo de acciones que al final pagamos todos.

¿Conoces tú algún otro intento de fraude al seguro?