Consejos prácticos para ahorrar con la calefacción

Se han desplomado las temperaturas. Ya pensábamos que en España el otoño no terminaría de llegar, pero lo ha hecho y de una manera brusca, con una bajada de grados que han dejado tiritando los termómetros. Con el frío tenemos dos opciones: manta o calefacción.

La manta es una buena opción, pero siempre que no te muevas del sofá porque una vez pones los pies fuera, el remedio casero deja de tener efecto. Así que, si queremos mantener una temperatura óptima por toda la vivienda, no queda más remedio que poner la calefacción.

¿Cómo ahorrar con la calefacción?

Ante el previsible incremento en el recibo, hay algunas recomendaciones que nos pueden ayudar a, por lo menos, contener el gasto:

  • Sacar el aire a los radiadores. Se trata del ritual de cada invierno, el motivo es sencillo: los radiadores pueden contener aire que impide el paso del calor. Si esto sucede, la calendara tiene que funcionar a mayor potencia.
  • La programación. En las calefacciones con sistema de programación es conveniente dejar programada la hora de comienzo, que puede ser una hora antes de llegar a casa; para encontrar la vivienda caliente. También es aconsejable, si no se apaga, ponerla más baja mientras permanezcamos fuera del domicilio; así como apagarla en aquellas habitaciones que no se utilicen.
    La experiencia nos dice que es mejor poner la calefacción por la tarde, cuando no percibimos tanto frío, a una temperatura normal y quitarla antes de irnos a la cama. De lo contrario, si esperamos a tener más frío y cuando las temperaturas son todavía más bajas, hay que aumentar la potencia de la calefacción para conseguir que el ambiente se caliente.
  • Cubrir los radiadores. Los radiadores tienen que permanecer descubiertos. Quizás no son demasiado estéticos y prefieres poner algún cubreradiador, aprovechando las ideas originales que hay en el mercado. Si se hace, hay que tener en cuenta que siempre se va a perder calor.
  • El aislamiento de la vivienda. Una de las principales causa de que se consuma más calefacción que la debida viene provocada por el aislamiento de las viviendas. Hay que comprobar que todas las ventanas cuentan con un sistema de aislamiento adecuado.
  • Temperatura óptima. Por mucho que mantengamos la casa caliente, hay que tener en cuenta que es invierno y, por lo tanto, no pasa nada por abrigarse con algún jersey en casa. De hecho, de esta manera se evitan los cambios tan bruscos de las temperaturas y, por colación, los resfriados.
    La temperatura óptima es de 21 grados. Manteniendo dicha temperatura la factura de la calefacción no nos dará sorpresas.

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